que feliz es eso
el que no sigue el consejo de los impíos,
no imita la conducta de los pecadores,
¡ni se sienta en la silla de los escarnecedores!1
Por el contrario, su satisfacción
que feliz es eso
el que no sigue el consejo de los impíos,
no imita la conducta de los pecadores,
¡ni se sienta en la silla de los escarnecedores!1
Por el contrario, su satisfacción
está en la ley del Señor,
y en esa ley medita día y noche2
Es como un árbol plantado
junto a corrientes de agua:
Da fruto en el momento oportuno
y sus hojas no se marchitan.
¡Todo lo que hace prospera!3
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