Salmo 1

 

 

 

 

 

que feliz es eso

el que no sigue el consejo de los impíos,

no imita la conducta de los pecadores,

¡ni se sienta en la silla de los escarnecedores!1

Por el contrario, su satisfacción

está en la ley del Señor,

y en esa ley medita día y noche2

Es como un árbol plantado

junto a corrientes de agua:

Da fruto en el momento oportuno

y sus hojas no se marchitan.

¡Todo lo que hace prospera!3

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